Beneficios del polen fresco de abeja para el ser humano

El polen es un alimento preciado e indispensable para una colonia de abejas. Se ha descubierto que gracias a ciertas lipoproteínas y antioxidantes que contiene el polen, las abejas son capaces de soportar la época invernal cuando menos alimento hay en el campo.

Panal de abejas donde se ve la miel y el polen acumulados. Las celdas mas naranjas son el polen recolectado de Cistus. Las más blanquecinas son la miel ya operculada.

Durante la época de floración, la abeja pecoreadora recolecta el polen de las flores y hace los gránulos que traerá de vuelta a la colmena. Para aglomerar esas pelotas, la abeja agrega su “saliva” que naturalmente aporta lactofermentos (como los que transforman la leche en yogur).

Luego, las bolas se colocan en las celdas del panal y se empaquetan. En una siguiente fase las abejas de interior vuelven a tratar el polen ya en los panales, añadiéndole una vez más fermentos lácticos. Son estas bacterias las que, en condiciones muy específicas de temperatura y humedad dentro de la colmena, provocan la fermentación láctica del polen en el “pan de abeja”. Esta reacción enzimática provoca el estallido espontáneo de las membranas de los granos de polen (el citoplasma), de manera que todos los nutrientes contenidos en estos granos quedan biodisponibles para alimentar a las larvas ya las abejas jóvenes.

Pero en el polen fresco, cosechado por el apicultor y vendido comercialmente para alimento humano, estas enzimas (Lactobacillus) agregadas naturalmente por la abeja durante su cosecha, no son suficientes y no se dan las condiciones para que una buena reacción enzimática rompa las membranas. Mientras que la abeja se beneficia del 95% al 99% de los nutrientes, el organismo humano sólo se beneficia de una parte de los nutrientes del polen. Este fenómeno se debe a la extrema resistencia de la membrana externa del grano de polen  y a la duración demasiado corta de la fermentación láctica antes de que el apicultor recoja el polen del cazapolen de la colmena. El polen fresco que consumimos no llega a ser metido dentro de las celdas de los panales y no se produce la segunda fermentación produciendo el Pan de abeja. De hecho, cuando los seres humanos consumen polen fresco, solo una parte de los granos de polen se rehidratan en el tracto digestivo, se hinchan y revientan bajo presión, liberando el contenido de los granos de polen. Sólo una fracción de los preciados aminoácidos, sales minerales, vitaminas, enzimas, hormonas… buenos para la salud humana, puede ser asimilado por el cuerpo humano. Pero la parte del polen cuyo citoplasma ha quedado intacto no es inútil si no todo lo contrario ya que aporta al sistema digestivo fibras, lactobacilos, bífidobacterias, diversos probióticos y todo lo que refuerza las barreras naturales frente a las agresiones externas. Convirtiendo esta combinación en un producto indiscutiblemente beneficioso para el consumo humano.

El polen, un alimento natural y muy completo

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Por su composición, el polen está catalogado en dietética como uno de los mejores alimentos o complemento alimenticio. Contiene todos los nutrientes esenciales para nuestra dieta (nutrientes esenciales) y, al igual que la carne, el polen es una valiosa fuente de proteínas. Contrariamente a la opinión popular, el contenido de proteínas del polen es muy similar al de la carne, pero obviamente varía mucho según los tipos de carne y los tipos de polen. A diferencia de la carne, el polen es un producto vegetal seco que contiene principalmente carbohidratos, además de proteínas y lípidos. El contenido de aminoácidos esenciales en el polen es unas 5 veces mayor que el de la carne, y también es una excelente fuente de oligoelementos esenciales. El polen, como compuesto alimenticio completo, es un complemento interesante y de gran calidad para los vegetarianos y veganos que se niegan a consumir carne, el polen puede ser una buena alternativa natural. Como suplemento dietético, se le atribuyen efectos sobre la salud como mejorar la resistencia física y mental, fortalecer el sistema inmunológico, retrasar el envejecimiento, estimular el crecimiento de uñas y cabello, un efecto antidepresivo y una mejora en las funciones del cerebro, corazón, hígado y próstata.

 

Componentes antioxidantes

El polen también contiene componentes muy activos que actúan como captadores de radicales libres. Esta función es de gran importancia para preservar nuestra salud. En el organismo de los seres vivos, los radicales libres son tóxicos y pueden destruir muchas células, provocando así un envejecimiento prematuro. La formación de radicales libres tóxicos se desencadena por el estrés oxidativo causado por diversas influencias ambientales: ruido, contaminación, mala alimentación, pesticidas, toxinas, enfermedades…. Afortunadamente, existen eliminadores de radicales libres también llamados «antioxidantes». Los antioxidantes funcionan como neutralizadores de estos radicales libres y están presentes en grandes cantidades y en diferentes formas en el polen. Estos numerosos antioxidantes pueden ser lipoproteínas, como la vitelogenina, oligoelementos, como el selenio, por ejemplo, y polifenoles. El polen contiene una amplia gama de polifenoles y, en particular, derivados flavonoides altamente antioxidantes como quercetina, rutina, fisetina, hesperidina, crisina, miricetina, ácido ferúlico, ρ-cumárico (o paracumárico), ácido flavonoide …

Oligoelementos

Sabemos desde hace mucho tiempo que los oligoelementos son sustancias esenciales para todas las “cosas” vivas, animales y vegetales. Al ser el organismo vivo una gran “fábrica química”, sirven para catalizar un gran número de reacciones químicas y enzimáticas en el organismo. También son útiles para las mitocondrias para un buen sistema inmunológico y para el trifosfato de adenosina para el transporte e intercambio de nutrientes en el cuerpo. A través de su consumo, el polen, por lo tanto, proporciona una gran cantidad de oligoelementos a condición de que esté bien diversificado, porque cada tipo de flor entrega oligoelementos muy específicos a través de su néctar y su polen. Una mezcla muy variada de diferentes pólenes aporta por tanto al cuerpo humano: Se, Mn, Fe, P, Zn, Cu, Mg, Ca, K, Na, I, F, Ni, Bo, Cr, Mo…



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